Criamos amamantando y ello es lo más posible y es el camino
con nuestros hijos… con todo lo que ello significa: colecho, cohabitación,
comer la comida familiar orgánica y saludable en nuestra mesa, evitar la
mordaza del chupete y biberón como todo otro trastorno en la evolución humana en el inicio rodeado a
nuestro hijo de ternura, ambiente sin humos ambientales evitando así los boca
arriba, de costado o boca abajo sobre nuestros regazos, sin necesidad de
separarlos en cunas, catres, canastos y alejarlos de nuestra habitación en sus
tiempos de cría a criatura.
Evitando así el contagiarnos del miedo del poder
medico hacia la muerte de cuna, ahora llamado muerte súbita, causada por la
crianza a biberón con leche de formula, la antigua indicación medica de poner a
dormir al bebe hacia abajo por el frecuente vomito de la cría en lactancia
artificial corregida en la actualidad ante la evidencia de su error medico por criar en biberón.
En las décadas de crianza amamantar entre la asistencia
de madres e hijos y sus madres a los encuentros de ÑuÑu no tenemos
conocimientos de muerte de cuna entre ellos como así en mis ultimas cuatro
décadas de medico de niños en Buenos Aires, no así en mi primera década
profesional en Río Gallegos, Santa Cruz, fin patagónico del mundo, en donde
acudieron media docena de estos trágicos sucesos. En los seis encontramos
evidencias de patología enferma.
Nuestras vidas son un camino, si el miedo nos detiene,
la cosa no va, desde Francisco de Buenos
Aires
Jorge W. Díaz Walker
ÑuÑu - Argentina
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