Más de la mitad de las mujeres prefieren postergar la
maternidad en pos de su carrera laboral. Para el 68% tener hijos chicos reduce
las probabilidades de obtener un puesto y de conseguir ascensos. Por eso, el
57% de las mujeres cree que es mejor esperar para formar una familia.
Ser familia
es la permanente vocación de hombres y mujeres cuando se pregunta a los
escolares primario “que queres ser” estos responderán “esto u lo otro: para mi
familia”
La pregunta del siglo: “¿para que se tienen
hijos?, una respuesta para ser “adulto”, cuando tengo un hijo soy otro padre
frente a mi padre, soy otra madre frente ante mi madre y todos los demás padres
y madres de mi mundo y de todo el mundo. jwdw
La decisión tiene un componente generacional: en el
87% de las mujeres entre 18 y 25 años y el 61% de las que tienen hasta 35
prevalece la idea de esperar hasta tener una posición consolidada para poder darles (a los hijos) todo lo que
necesiten.
Las mujeres suelen planificar sus hijos.
Están las que prefieren desde los 20
a 30 y el tercero allá por los cuarenta para disfrutar
una crianza veterana. jwdw
La dificultad que la maternidad presupone en el
trabajo podría ser, en parte, un prejuicio de las propias mujeres. En los
hechos, el 64% de ellas dice que la llegada de su primer hijo no incidió de
ninguna manera en su desarrollo laboral. Para el 20% el impacto fue negativo
porque no pudo seguir capacitándose o no tenía tiempo para el trabajo.
En este punto nos surge la necesidad de que
los ministros de trabajo sean mujeres por la añadidura de las maternidades y
sus tareas domesticas. jwdw
Es en gran medida por la presión de
las empresas multinacionales que se implementan programas de flexibilidad
apuntados a las mujeres.
Sin embargo también advierte que las empresas aun
deben reconocer que las mujeres y madres aportan capacidades valiosas a la
organización, como la responsabilidad empatía y sensibilidad.
Las mujeres duplican el valor de los hombres que usa
modelos flexibles de trabajo, y las empresas que ofrecen esa opción incrementan
la tasa de retención femenina hasta en un 40 por cierto.
Algunas trabajadoras están dispuestas a posponer la
maternidad por sus carreras, pero cuando tienen hijos demandan que se tenga en
cuenta su nueva condición.
“cuando una mujer acuerda trabajar hasta las 15 y
después se desconecta totalmente no puede quejarse si hay una promoción y no la
tienen en cuenta. Es lo que pactó. A veces las mujeres no nos hacemos cargo de
las decisiones que tomamos”. Desde los
niveles Estatales y Empresarios, se deben contemplar los modos de igualar las
promociones y ascensos en los tiempos de maternidad desde el embarazo y tiempo
de crianza fetal externa de 24 meses. “Ustedes hacían puntaje para los
currículo, promociones y ascenso, mientras nosotros criamos”.
Aunque la ley ampare a la mujer con
su licencia por maternidad tanto paga como sin goce de sueldo, si desaparece de
la empresa por nueve meses es difícil que sostenga su posición en la compañía,
según Aliandri. “No hay trabajador eventual que pueda reemplazarla. La carrera
se corta y no justamente por la organización”.
Cuando uno construye una carrera el tiempo
el tiempo es importante. Y la velocidad de construcción no es igual si
se trabajan cuatro u ocho horas. Se puede tener una carrera jerárquica y
disfrutar los primeros años de un hijo. No hay manera de construir una carrera
en esos términos si no se sabe delegar, ser más eficientes y comunicarse con
los hijos. “Además, cada tanto la mujer tiene que analizar si está haciendo lo
que quiere”.
El principal motivo por el que las mujeres no se quedan en un trabajo el
suficiente tiempo como para llegar a ocupar posiciones de liderazgo es la falta
de modelos de trabajo flexibles. A partir de los 40 años ellas empiezan a
desaparecer de los escalones más altos de los organigramas.
Hay tres veces más probabilidades de que las mujeres dejen un trabajo muy
demandante –en términos de horas trabajadas, viajes corporativos, estrés por
cierres muy ajustados, excesivo rango de responsabilidades, eventos laborales
fuera del horario de oficina- que los hombres. Así, no solo las compañías
pierden talento femenino, sino que hay menos mujeres ejecutivas. “el trabajo
mas demandante las convierte en detractoras de la compañía y luego las hace
dejarla”.
Marilina Esquivel
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