miércoles, 8 de mayo de 2013

El camino para volverse una "mami"


En realidad yo no quería que Clarita fuera al jardín, pero ya era hora de romper ese vínculo simbiótico y pegoteado que existía entre mi beba y yo. Así, una mañana de marzo caminamos hacia el Jardín del Brote y nos entregamos a nuestra primera "adaptación". Básicamente, una técnica mediante la cual la criatura se desprende paulatinamente del cuerpo de la madre en tres simples pasos:
1. Sala: la madre permanece unos días ahí, jugando y cantando agachada en el piso, mostrando la bombacha y la falta de estado físico. Es la etapa de la observación: identifica al posible agresor de su bebe y a la madre que no le pone límites; registra si la sala tiene la temperatura correcta y analiza el perfil de la docente. Clari no se desprendió de mí y lloró a los gritos cuando quise pararme porque se me dormían las piernas.
2. Patio: la madre es invitada a pasar al patio, desde donde puede espiar, estar disponible por si el bebe llora y contener su propio llanto mientras escucha las palabras clave: "si vos estás bien, ella va a estar bien". Años después tomará la posta de la superación y dirá lo mismo a otras madres.
3. Calle: una mañana, la madre recibe la noticia que nunca quiso escuchar: el niño está bien sin ella. Es invitada a pasar a la vereda, desde donde puede estar cerca por si pasa algo y escuchar al coro de superadas: "Cambiá esa carita, es por su bien". Esta etapa, para mí, fue la más traumática.
La adaptación puede durar entre 15 días y un mes. La de Clarita duró tres meses. Una vez que la madre atravesó las tres etapas con éxito, ha sido adaptada al mundo escolar y a partir de ese momento y para siempre dejará de ser una mamá para transformarse en una "mami".ß
La autora es actriz y protagoniza Según Roxi
desde La Nacion

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