Cuando un
bebé antes de los tres meses reclama gimiendo o se tira un gas o gasesito, sus
madres ante tal descolocación social exclaman: ¡TIENEN SUEÑO! y para calmarlos
emprenden un trotecito mecedor a sacudidas haciendo imposible que el bebé se
duerma. Al poquito cumplir tres meses a esos ruidos internos en las pretendidas
molestias se agrega el babeo fundado en que los bebés aún no tragan, y ese
babeo se va a prolongar hasta los 15 meses aproximadamente pero acá la causa de
las molestias son vividas como si fueran los dientes, ante esa falsa novedad subrayado por entrometidos
consejeros de la comparsa familiar y vecinal próxima se suele acudir al uso
peligroso de gelatina y líquidos con la anestésica benzocaina para uso bucal y
la de por si inexistente dolor de encías con el riesgo consecuente de la benzocaina o
aminobenzato de etilo, la mayoría de venta libre.
Al finalizar
mis primeros treinta años de médico una abuelita me enseño porque los chicos
tienen molestias y a veces temperatura atribuida a la dentición y la dentición alrededor
al octavo mes y que siguiendo a la sabia abuela, todo producido porque el chico esta ya comiendo
papilla, purecito, yogurcito, y demás pastenacas que pretenden complementar lo
completo del amamantamiento.
Jorge W. Diaz Walker
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