En
Los garbanzos,
al igual que otras leguminosas, son tan ricos en proteínas como la carne
(19,4%), y contienen una cantidad similar a la de los cereales de hidratos de
carbono (55%). Aportan en torno a las 330 Calorías por cada 100 gramos y son buena
fuente de fibra (15 gramos
por cada 100 gramos ).
De sus
vitaminas destaca el ácido fólico, la
B 3, la B 1
y la B 2, y de sus
minerales; el potasio, el magnesio, el calcio, y en menor proporción, el sodio,
el hierro y el cinc. Es por tanto un alimento muy completo y energético,
adecuado para las personas sanas de todas las edades.
Una de las
características de la harina de garbanzos es su elevada riqueza en lecitina, un
tipo de grasa que tiene una gran importancia en el control del colesterol y de
los triglicéridos, ya que permite emulsionas, es decir mezclar, las grasas del organismo
con el agua, lo cual favorece su expulsión.
Igualmente,
a partir de la lecitina, se forma la colina, que se considera un miembro del
grupo de la vitamina B y ayuda al hígado a prevenir o tratar una serie de
enfermedades que pueden afectarle como la cirrosis, la hepatitis, el cáncer de
hígado o la degradación del hígado causado por toxinas. Además, los garbanzos
son ricos en ácidos grasos esenciales, entre los que destaca el linoleico,
llamado comúnmente como Omega 6.
Sus
virtudes: El garbanzo aumenta la leche de las madres que dan a lactar, madura
los abscesos, furúnculos y tumores, expulsa los cálculos biliares y renales.
También quita manchas y pecas de la piel.
Jorge. W. Díaz Walker desde www.semilla-amarilla.com
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