"Finalmente, llegó el día en que cruzaste volando el umbral que separa la infancia de la adolescencia….
El mundo en que vivías se
convirtió en un universo diferente, porque el éxtasis de esa sensación dio un
nuevo propósito a tu vida, una nueva sensación para estar vivo….
La mayor parte de los días, apenas
podías pensar en otra cosa. El resto del tiempo, en nada más."
Paul Auster "años de obsesión
fálica", hay una correlación
significativa y directa entre la frecuencia de las relaciones sexuales y los
ingresos de las personas.
Hipótesis: la frecuencia con la
que se tienen relaciones, al igual que otros indicadores de salud y de
bienestar emocional, puede formar parte del equipo de herramientas de
productividad con el que cuentan los agentes para maximizar sus salarios.
(Más sexo equivale a más
ingresos), que es más alto en la franja de 25 a 50 años.
Además de las relaciones sexuales
que analizó el economista griego, hay trabajos que midieron el impacto en los
salarios de la belleza, del peso de las personas, de su altura, de su condición
matrimonial y hasta el impacto en ingresos de ser zurdo o diestro.
Por izquierda: esta relación es menos obvia.
Guillermo Vilas, Diego Maradona o Lionel Messi: los zurdos ganan más que los diestros. El sesgo se profundiza
entre los hombres con mayor educación. Una explicación tentativa: los zurdos
usan más el hemisferio derecho que es el responsable del pensamiento creativo y
además han debido sortear un mundo no preparado para ellos, con lo que han
tenido un entrenamiento muy grande para adaptarse a condiciones adversas.
Pero son sólo hipótesis. No hay mal que por
bien no venga así que el aumento de la izquierda, no política, incrementa el
numero de los siniestros (del italiano siniestra por izquierda) incrementado en
nuestro medio por el uso indiscriminado intenso y rutinario de la ecografía
obstétrica, lo que se suma a la permisividad cultural hacia los zurdos nos
refuerza en nuestro encuentro clínico a reforzar su éxito vivencial posible
ayudándolos a su lucha para sobrellevar una cultura diestra.-
Desde Sebastián
Campanario | Para LA NACION
No hay comentarios:
Publicar un comentario