En mi poder, desde hace décadas, “sleep gently in the
womb”, desde mi “spaingles”, auxiliado
por Cuyas“dormir suavemente en el útero” disco “vinílico larga duración,
remitirse a la winco vitrola urbana argentina,
Producido, el vinílico , por el Dr. Haime Muroka del
Hospital of Nipón Medical Collage, proponía para dirigir los tiempos de sueño
de los bebes a los ciclos circadianos nocturnos adquiridos por sus padres a
través de los tres millones de años de la evolución final humana actual, reeditando
a través del sonido del limbo uterino en donde el feto, duerma o no duerma, no
molesta a nadie, ocasionalmente quizás con unas pataditas a la madre desde su
interior o quizás en sus zambullida hacia el cuello uterino. “Me sentí un avión
con hélice” manifestó Ana Heather Marta, madre de mis hijos relatando el
suceso.
La verdad es que la producción es magnifica, porque no
solo se hallan los sonidos viscerales próximos y sus combinaciones, sino
también se continua con las de composiciones musicales relacionadas que se
supone revelan cierta memoria fetal acústica en
ellas desde los compositores...
Todo ello romántico con escenario científico, pero la
variable de capacidad auditiva mínima del bebe en sus primeros meses mayor al ruido
de una congestión de trafico usual a la de nuestra esquina de la Confitería del Molino
en Nuestra Buenos Aires capital, ubicada en el cruce de las avenidas Callao y
Rivadavia, frente al congreso Legislativo nacional, frecuentado por manifestaciones, protestas varias de
diversa índole de frecuencia diaria casi. Tanto es así que una cadena hotelera
internacional que pretendía invertir sobre la tradicional y clausurada confitería
descartó el proyecto por polución acústica ambiental irreducible...
Esto se observa en el llanto del niño que, o se
quejaba del ruido de los recuerdos sonoros uterinos ampliados a su capacidad
auditiva, en un momento quizás, que no era el suyo.
Coincidentemente, en el suplemento SABADO, del 9 de
febrero de 2013 del prestigiosos diario La Nación , quizás en la oportunidad del “sábado
ingles” que prolonga el descanso de fin de semana en nuestra argentina mas allá
de su mediodía, refuerza la necesidad nocturna del reposo parental, en la que
con el auspicio de “Psicologías”, se repasan insomnes anedoctas y varias indicaciones para lograr el
acompañamiento somnífero nocturno del bebe, bajo el titulo de ¿Cómo hacer
dormir a los chicos? “El eterno dilema que desvela a los padres sigue vigente.”
En la ilustración convocante que acompaña
el articulo mencionado encontramos una fotografía contradictoria de un bebe durmiendo, de día,
rodeado de madre y los hermanos en una “cuna” por así decirla, amplia pero
cuyas laterales de fuerte tela impide ventilación en parte, la percepción de
olores, ruidos hogareños de los humanos familiares y su uso, que dan al feto
humano, hermano e hijo la seguridad adquirida de la proximidad humana familiar.
El desfile de propuestas es con fin contradictorio
desde el titulaje: “duérmete niño”, “a dormir”,” los arrullos uterinos”,
“dormir sin lagrimas”, “dejarle llorar no es la solución”, “no dejar llorar el
primer trimestre”, luego fuerte afecto y liderazgo militante: “no mirarlo”, “el
secreto de tener bebes tranquilos y felices”, “relajados”, “respetar rutinas”,
“necesita contacto con la madre”, “pero no”, “no dejarlo llorar en el cuarto y
a oscuras”, “la maternidad y el encuentro con la propia sombra”, “el método nos
ayudo a la hora de dormir y nos permitió ampliar la familia”.
Desde nuestro aprendizaje clínico antropológico, que
se inicia ya en los griegos que en el siglo V a.c., enunciaban que el humano
nacía sin “terminar” y se necesitaba acatarlo con “caricias y ternuras”,
subrayado por Florencio Escardó en su “Pediatría Psicosomática”, junto con la
característica de proyección vertical: único mamífero parado luchando contra la
permanente fuerza de gravedad, resumiendo: un ser nacido con 24 meses de
anticipación y en lucha permanente contra la fuerza de gravedad.
Es así que nos encontramos con un feto mamífero de
nueve meses de ser parido y de una gestación total de 33 meses, lo que nos da
una cuenta de 24 meses de cría para llegar a ser cria-tura, feto
desarrollado en el ambiente creado por el conocimiento. “noo” humano a través de estos
últimos millones de años, determinados por el termino de la mielinizacion neurológica
y desaparición lactasa entre otras. Recién al termino de estos 2 años, la
criatura se halla en condiciones de ubicarse en los ciclos circasianos: de día
actividad y de noche reposo nocturno en
alerta., automatizados cada uno con su sistema nervioso autónomo ya
mielinizado a los dos años: finalización de la cria.
Pero para esto transcurrió un primer trimestre
señalado por el intenso crecimiento que obtiene de un amamantamiento continuo,
con un máximo espaciamiento de dos horas a lo sumo entre mamadas, quizás con
suerte con algún salteo, si ocurre mejor por la noche.
El segundo trimestre señalada por la adquisición
gradual de incorporación cabeza y tronco
hacia lo sentado, en el apoyo del abrazo materno o sus equivalentes, dejando
manos libres que sumen su exploración a lo bucal. Este periodo colecho y cohabitación
suelen lograr un espaciamiento del amamantamiento diurno, que no requerirá en
ausencia de su madre con cierto logro en
el dormir nocturno, asi seguro que evita la depredación vigente evolutivamente.
A los seis meses, este feto desarrollando su cerebro
inmerso en la cultura humana del conocimiento, hacia el que asimila imitando mucho
y poco reflexivamente, se encuentre en
el espejo narcisistico y en el espejo materno y parental y de allí aparece el
miedo correspondiente al proceso de individuación que se prolongara para 36
meses, 3 años de edad, culminando a los
18 meses, tiempo del inicio de adquisición del si y del no, y continuando en
lenta declinación hasta los 36 meses, 3 años.
Este temor adecuado a la soledad del proceso de
personalización se acompaña de procesos oníricos, quizás agradables quizás
pesadillas, que provoca despertares
nocturnos en la vigilia del aleta depredadora. Esto es dable observar en los
movimientos aculares durante el sueño, REM (Rapid, EYE, moviments) movimiento
rápido ojos, horizontales o verticales, que quizás la protociencia
neuropsiquiatrica (Mario Bunge) llegara a conocer.
Estos despertadores oníricos soñadores en placer o
pesadilla, vaya a saberse, coinciden además con el tiempo de aprendizaje del
comer en la mesa familiar, mal llamada alimentación complementaria, ¿como
completar lo completo del amamantar? Suele atribuirse a estas características
del sueño externo fetal de la cría como hambre, construyendo así una oferta de
biberones con su progresiva perdida del amamantamiento y su aumento de
malestares, en especial nocturno y vuelta y su vuelta y vuelta en circulo vicioso.
Desde nuestra experiencia clínica de medio siglo y llegando a cuatro décadas de cuidados en la crianza en amamantamiento podemos decir que la cohabitación y colecho, a mas de evitar la hipogalactia esencial (disminución alimento materno sin causa aparente) grietas y congestiones mamarias, mas la seguridad del abrazo en el regazo materno amamantador lograra en la criatura el sueño nocturno de su cultura, Así como en el articulo mencionado ocurren sin destacar, alteraciones de sueño en los participantes y relatores, así también sucede en la consulta por “insomnio” de las crías humanas, fundada fuera de un exhaustivo examen familiar en alteraciones del sueño parental.
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